Es la sensación incomoda que uno tiene de rascarse y supone la queja más frecuente en las enfermedades dermatológicas. Se produce por mecanismos complejos y diversos.
No sólo las enfermedades propias de la piel (urticaria, ciertos eczemas, psoriasis, neoplasias de piel…) cursan con picor, sino muchas otras enfermedades sistémicas (enfermedades tiroideas, renales, hepáticas, hematológicas, SIDA…) y enfermedades neuropsiquicas se manifiestan con picor.
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Hay muchas formas de picor, notalgia parestésica, prurito braquioradial, prurito nodular, prurito acuagénico, etc.
El estudio del picor compite al dermatólogo. La exploración física minuciosa, el interrogatorio y los estudios complementarios, deben llevar a encontrar la causa, lo que no siempre es fácil.
En personas mayores muchas veces se debe a la piel seca (asteatosis) y a algunos de los fármacos que toman.
La dermatitis atópica es un tipo de eccema constitucional muy frecuente en los niños, el picor es el síntoma fundamental, a veces es difícil de controlar y requiere un seguimiento por el dermatólogo.